El martes 5 de abril, Alfredo Bonet, secretario general del Círculo de Empresarios, fue el invitado en el almuerzo-coloquio organizado por el Propeller Barcelona.
Bajo el título “Dos años de profundos cambios y desafíos para el futuro”, Alfredo Bonet analizó la situación del mundo tras las dos crisis: la pandémica y la bélica –guerra de Ucrania–, “dos crisis que nos han venido de fuera con un enorme impacto económico y coyuntural, pero que también va a tener impactos estructurales; el mundo va a ser distinto”.
Para explicar estos impactos, Alfredo Bonet se refirió a ocho grandes cambios que ya se están empezando a producir: mayor atención al sistema sanitario y al de defensa, enorme avance de la digitalización, aceleración de la transición energética, crisis y aumento de la incertidumbre, un mundo más polarizado y menos cooperativo, un mercado global menos libre y más fragmentado, un mayor endeudamiento y un deterioro de la democracia liberal.
Respecto a la mayor atención al sistema sanitario y al de defensa, Alfredo Bonet indicó que “La pandemia ha demostrado que nuestro sistema sanitario no es el mejor del mundo, como pensábamos; la atención sanitaria sí que era buena pero no el sistema de salud pública, especialmente en cuanto a prevención y reacción a las emergencias”. Por todo ello, la sociedad “está reclamando una mayor inversión en el sistema sanitario, en la atención a las personas mayores, en la promoción de la investigación y en protocolos de actuación ante emergencias”. Así pues, el sector sanitario “se convierte en prioritario y va a representar una mayor parte de nuestro PIB en los próximos años”.
En defensa y seguridad ha ocurrido algo similar. Como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, “más de la mitad de la población está dispuesta a invertir más”.
En cuanto al avance de la digitalización, Alfredo Bonet indicó que la llegada de la pandemia hizo avanzar el uso de las tecnologías, especialmente para la comunicación entre personas y el trabajo que pasó de presencial a telemático. “Hemos dado un salto de gigante durante la pandemia y se están dando grades avances en robotización, ya que se ha demostrado que una parte de la economía puede funcionar sin contacto físico”. También, la venta online “que va a desplazar cada vez al comercio físico” y el teletrabajo “que ha venido para quedarse y que va a obligar a las empresas a invertir más en tecnología, pero menos en oficinas”, aunque “supone un desafío grande para la fidelización de los empleados”. Alfredo Bonet añadió que la digitalización “es un paso enorme para la desaparición del dinero físico”, lo cual es positivo para “hacer aflorar economía sumergida y para dificultar el blanqueo de capitales”.
Por lo que respecta a la transición energética, Alfredo Bonet dijo que “está siendo acelerada por la guerra de Ucrania” y que la autonomía energética “es ahora mucho más valorada” sobre todo en aquellos países “como el nuestro en el que no tenemos recursos propios y somos totalmente dependientes de las importaciones de energía”. Por ello, la única solución es avanzar hacia las fuentes de energía renovables”. Añadió que “la velocidad hacia la transición energética que nos hemos impuesto en Europa es rápido y en algunos sector preocupa” porque el ritmo de transición “tiene que ser compatible con el mantenimiento de la competitividad en los sectores productivos de nuestro país en relación con otros países competidores”.
El cuarto cambio, el de la crisis y el aumento de la incertidumbre el secretario general del Círculo de Empresarios puso énfasis en que “nos hemos dado cuenta de que nuestro mundo ya no es seguro y fiable, y la incertidumbre es el peor enemigo de las decisiones en consumo y en inversiones”. También se refirió a las ayudas públicas a las empresas, indicando que cuando se retiren estas ayudas “tendremos un porcentaje de empresas zombis”, aunque también señaló que “hay sectores que se han visto impulsados, como los de alimentación, comercio online o logística”.
Al referirse a un mundo más polarizado y menos cooperativo, el secretario general del Círculo de Empresarios dijo que la guerra “he recrudecido las relaciones y la rivalidad entre China y Estados Unidos” y que ahora Biden está intentando revertir la política que desarrolló Trump de desvincularse de instituciones y acuerdos internacionales. Pero, durante los últimos años, “China ha ocupado el espacio que ha dejado Estados Unidos en la esfera internacional”. Por otro lado, Rusia ha desplegado una política “más agresiva” y en la Unión Europea todo ello nos ha cogido “noqueados por el Brexit”. Todo ello ha hecho que Europa tenga claro que “ya no se puede confiar en la protección de Estados Unidos y que debe tener autonomía estratégica y militar”.
El sexto cambio, el de un mercado global menos libre y más fragmentado, es consecuencia, en parte, de la crisis sanitaria y de la guerra y, según Bonet, “el comercio ha sufrido mucho, pero se está recuperando, aunque con grandes problemas y dificultades”. Igualmente, el parón provocado por la pandemia y los consiguientes confinamientos “han obligado a reconfigurar las cadenas de valor” y actualmente el mundo se enfrenta al fenómeno de la relocalización de algunas actividades comerciales, “lo cual conlleva un aumento de los costes y una pérdida de competitividad”.
Por lo que respecta a un mayor endeudamiento, la crisis sanitaria ha generado un mayor gasto público y en España “el déficit público y la deuda pública es superior al 120% del PIB; unos niveles que no son sostenibles y que son insolidarios con las siguientes generaciones”. Por lo tanto, “hay que definir cuanto antes una senda de reducción del déficit y de la deuda pública, acompasada a la recuperación, pero que no debe hacerse subiendo los impuestos sino actuando sobre la eficiencia del gasto público”.
El último punto, referido a un deterioro de la democracia liberal, Alfredo Bonet señaló que “la confianza de los ciudadanos en sus instituciones es clave para el funcionamiento de una democracia” y, ahora, con la crisis de la pandemia “las instituciones están saliendo debilitadas” especialmente “en los países menos eficaces en gestionare crisis”. Asimismo, la pandemia ha provocado un gran intervencionismo en la sociedad, en los mercados y en la economía, razón por la cual “es necesario que el Estado salga del mercado para dejar espacio de nuevo a la iniciativa privada”.
Para terminar el secretario general del Círculo de Empresarios afirmó que el futuro será completamente diferente, “aunque no necesariamente peor”, añadiendo que el mundo que quedará será “muy complejo y competitivo”. Por todo ello, va a ser necesario “crecer económicamente” gracias al esfuerzo de las empresas y a la potenciación del emprendimiento, el desarrollo empresarial y la innovación”. Estas son las iniciativas que nos harán crecer”. Pero para ello “los gobiernos van a tener que facilitar este proceso y crear el entorno de negocios e institucional para que las empresas puedan crecer y generar empleo de calidad”.
"Los ocho grandes cambios que afrontamos son: un mayor atención al sistema sanitario y al de defensa, un enorme avance de la digitalización, una aceleración de la transición energética, un aumento de la incertidumbre, un mundo más polarizado y menos cooperativo, un mercado global menos libre y más fragmentado, un mayor endeudamiento y un deterioro de la democracia"