Bajo el título “Perspectivas del mercado de inversión inmobiliaria en Catalunya”. Anna Gener habló sobre la situación del mercado inmobiliario en Catalunya, señalando que “estamos en un momento muy particular ya que por un lado tenemos a las empresas de inversión profesional (fondos de inversión, socimis, aseguradoras) y, por otro lado nos encontramos con el comportamiento de las empresas que alquilan espacios para desarrollar su actividad, sean naves logísticas, oficinas o espacios comerciales”. En este sentido, Anna Gener destacó el buen comportamiento que está experimentando el mercado: “durante el primer trimestre de 2018 la contratación de oficinas ha aumentado un 20% y la de espacios logísticos ha crecido un 50% respecto al mismo trimestre del año anterior. Estos es bueno porque es economía real ligada al PIB”, añadió.
La responsable de Savills Aguirre Newman también se refirió al buen momento que vive la capital catalana; “Barcelona está atrayendo inversiones y a empresas internacionales que eligen la ciudad, después de compararlas con otras, para instalar aquí sus sedes u oficinas para Europa o el área del Mediterráneo”. Además, según Anna Gener “aquí encuentran talento y tecnología”.
Respecto al mercado de inversión inmobiliaria, indicó que se han visto algo restringidas por la situación política y, “aunque hay demanda, porque las principales socimis y los grandes patrimonialistas siguen buscando operaciones en Barcelona, ha habido grupos que han pospuesto las decisiones”. En este punto indicó que es en la oferta donde también hay ciertos problemas porque “quien a día de hoy posee un activo en Barcelona, no lo está poniendo en el mercado” motivo que genera que el volumen de inversión inmobiliaria “se vea restringido porque no hay producto ni operaciones”.
En el sector inmologístico, Anna Gener destacó “la escasez de producto, que es muy preocupante; la disponibilidad de naves logísticas acabadas a día de hoy prácticamente cero”. Y esto quiere decir que la compañía que quiere espacio logístico tiene que pactar un proyecto llave en mano, comprar suelo o instalarse en una nave que no cumple con los requisitos para desarrollar su actividad”.
Respecto al mercado de oficinas, Anna Gner indicó que el índice de disponibilidad es del 8%, existiendo ciertas zonas con una elevada demanda, especialmente en el centro de Barcelona.
También se refirió a la “poca flexibilidad del mercado inmobiliario”, en el sentido que, si hay que construir, el tiempo que pasa entre “la captación de la demanda y la entrega de la oferta puede ser de un mínimo de dos años”.
Por otro lado, Anna Gener señaló que “desde hace más dos años, la rentabilidad del mercado inmobiliario es muy buena y superior a la que ofrece la renta fija”. Y ello viene dado porque el mercado inmobiliario ha venido recibiendo dinero que anteriormente “se colocaba en otras alternativas de inversión”, con lo cual “nos hemos visto inundados de liquidez, sobre todo en Barcelona y Madrid, aunque también en Valencia”. El resultado de ello, según Anna Gener, es que “los precios inmobiliarios suben, ligado también al aumento de la demanda”.
Retomó el tema del mercado logístico en Catalunya, indicando que la demanda es muy elevada “tanto por parte de operadores logísticos como de todo tipo de empresas dedicadas al e-commmerce”, desde Amazon –que los espacios que busca no son para dar respuesta al mercado catalán, sino que instalan hubs para dar servicio al sur de Europa–, a otras mucho más pequeñas. Y la ventaja que tiene Catalunya respecto a otros países vecinos, como por ejemplo Francia, es que los costes laborales “son más bajos”.
Añadió que “Catalunya tiene una oportunidad muy buena, pero tiene que tener suelo logístico para que se puedan instalar estas empresas que precisan naves logísticas. Y a día de hoy, “no hay el suficiente suelo disponible para dar respuesta a la demanda”. Para Anna Gener, “estos es un problema para nuestra economía, y los ayuntamientos deberían generar o liberar ese suelo”, añadiendo que “los casos de corrupción que han salido a la luz están conllevando que los ayuntamientos sean muy temerosos a evolucionar urbanísticamente los suelos”.