El El martes 15 de febrero, Carlos Castán, presidente de la Asociación de Cargadores de España (ACE) y Responsable Corporativo de Logística Externa de Celsa Group, fue el invitado en el almuerzo-coloquio organizado por el Propeller Barcelona.
Carlos Castán empezó refiriéndose a la situación del sector del transporte en general, que se enfrenta a un escenario muy cambiante a raíz de fenómenos como el Covid-19, al que las empresas cargadoras no son ajenas y que, por tanto, los retos son muchos, pero, esencialmente, están enfocados a tener capacidad de reacción ante los cambios inesperados, hacia la digitalización y la sostenibilidad.
También citó otros elementos acaecidos, como algunos fenómenos meteorológicos que “bloquean la logística”, así como a la falta de conductores “que no permite dar salida a nuestros productos”, al gigantismo de las navieras o a las ataques cibernéticos.
Ante estas situaciones, “las empresas no podemos prepararnos porque no sabemos cómo van a evolucionar”, pero, aún así, “debemos tener la capacidad suficiente para
desarrollar rutas logísticas alternativas”. Además, las personas “tienen que estar bien formadas y debemos reforzar sus competencia y apoyar su autonomía para poder tomar decisiones acertadas”.
Otro de los grandes retos es la digitalización. Para Carlos Castán “nuestros procesos cambian e invertimos en recursos para mejorar la calidad de nuestros servicios, apoyándonos en nuevas tecnologías como la realidad virtual, las plataformas de intercambio de información, la blockchain, los smart contracts o los vehículos autónomos”. Pero, a pesar de que todas las empresas saben que deben digitalizarse, “es necesaria una normalización y estandarización a nivel europeo”, indicó Castán.
La digitalización “cambia muchas de las reglas del juego y tenemos que ser capaces de colaborar y compartir información entre empresas y con proveedores y clientes, pero también con competidores para crear sinergias”.
Por lo que respecta al reto de la sostenibilidad, el presidente de la ACE señaló que el Green Deal de Europa tiene un alto grado de exigencia normativa y, aunque la sociedad lo demanda, “la transición energética y el cambio modal va a necesitar más tiempo porque todos los proyectos de reducción de emisiones obligan a las empresas a implementar nuevos procesos y medidas y nuevas estructuras organizativas para establecer objetivos y, posteriormente, medirlos y comunicarlos a la sociedad”.
Según Castán, “va a ser clave y significativo el hecho de que la Unión Europea ponga al transporte dentro del mercado de intercambio de derechos de emisiones, pero no está nada claro el impacto que ello va a tener porque acabará encareciendo y, además, forzando unos cambios de tecnologías de vehículos que ahora son desconocidos. Hay mucha incertidumbre sobre cómo tiene que ser la transición energética, qué tecnologías se impondrán en los vehículos y, también, porque no hay redes de infraestructuras de abastecimiento de energías alternativas”.
En cuanto al precio del transporte, y después del elevado incremento de los fletes que se ha producido, el responsable de Logística Externa de Celsa Group señaló que otro elemento que encarecerá el transporte de mercancías es “el pago por el uso de las infraestructuras que Europa va a poner en marcha”, pero que ayudará a “provocar el cambio modal que se espera”.
Por estas razones, el presidente de la ACE aseguró que los cargadores “pedimos realismo y que podamos utilizar configuraciones de vehículos de combustión más eficientes” como, por ejemplo, las 44 toneladas en transporte internacional o las combinaciones duo o euromodulares.
La transición energética tomará tiempo “porque muchos objetivos no se podrán cumplir” y, a modo de ejemplo, se refirió a la cuota ferroviaria porque “todavía no hay suficientes terminales y tampoco están operativas las autopistas ferroviarias”.
Ante este contexto, la reflexión del responsable de logística externa de Celsa Group se centró en que “las empresas tenemos que plantearnos a cuál de estas cuestiones nos adaptamos primero: resiliencia, digitalización o sostenibilidad”.
En el caso de Celsa, Carlos Castán aseguró que la compañía ha apostado desde tiempo atrás por la sostenibilidad y aseguró que “somos bastante resilientes porque, cuando cayó la construcción en España, empezamos a exportar”.
En cuanto a la digitalización, esta empresa ya está llevando a cabo procesos digitales para poder dar una mayor calidad de servicio. “Utilizamos el machine learning para reducir defectos en producción y la visión artificial para obtener una mayor calidad del producto”.
Celsa “es el primer grupo europeo de producción y fabricación de acero circular de bajas emisiones porque utilizamos chatarra recuperada y acero cien por cien reciclable. Además, realizamos la fusión de acero con arco eléctrico porque emite menos emisiones y el 90% de los residuos de Celsa son recuperados”.
Los próximos paso de Celsa están encaminados a valorizar los residuos, reducir las emisiones un 75% y crear procesos de economía circular, además de implantar el biogás, el hidrógeno verde y la energía eléctrica verde.
Y en el ámbito de la logística de Celsa, Carlos Castán explicó que “vamos a reducir los viajes en vacío, aumentaremos la cuota ferroviario que ahora es sólo del 5% y utilizaremos el transporte marítimo también para trayectos europeos”. La intención es que en un período de cinco años “seamos circulares, con productos valorizados y que hayamos reducido nuestras emisiones un 70%”, concluyó.
"En el ámbito de la logística, Celsa reducirá los viajes en vacío, aumentará la cuota ferroviario y utilizará el transporte marítimo también para trayectos europeos”