El martes 11 de mayo, Jordi Torrent, responsable de Estrategia del Port de Barcelona, fue el invitado en el almuerzo-coloquio organizado por el Propeller Barcelona.
Jordi Torrent explicó que el IV Plan Estratégico del Port de Barcelona 2021-2025 del Port de Barcelona es fruto de una reflexión para saber “dónde estábamos, dónde están los clientes del puerto y hacia dónde queríamos ir”, teniendo en cuenta “una serie de tendencias que, en 2019, ya se estaban produciendo”. En ese momento, también se tuvieron en cuenta aquellas posibles incidencias o acontecimientos a nivel mundial que, en caso de surgir, pudieran llegar a interferir en el desarrollo o evolución del puerto y “ya nos apareció la palabra pandemia” como posible incidente.
Respecto a las tendencias que afectaban al Port de Barcelona, Jordi Torrent indicó que detectaron como principales el cambio climático “y como éste afectaba a nuestro sector” y el incremento del comercio electrónico “que ya vimos que se convertiría en la principal forma de consumo y que la pandemia ha acelerado en muchos sectores y en otros que, en principio, no parecía que les fuera a afectar demasiado”. También analizaron como tendencia hasta dónde iba a llegar “el crecimiento de la capacidad de transporte de los barcos”, tanto portacontenedores, como cruceros y car carriers. En este sentido comentó que “el incidente del Ever Given en el Canal de Suez puede representar un toque de atención en ese proceso de gigantismo de los buques”.
"Las tendencias analizadas que afectan al Port de Barcelona son el cambio climático, el incremento del comercio electrónico o el gigantismo de los buques"
Por lo que respecta a tendencias en el entorno más portuario, se tuvieron en cuenta aspectos como la concentración de navieras y operadores, indicando que “se está produciendo una verticalización en los armadores que no sólo poseen barcos sino también terminales portuarias” y, en el caso de España, “también operadores ferroviarios, terminales intermodales y operadores logísticos. “Este proceso de concentración, que hasta no hace mucho era horizontal, ahora también está siendo vertical”.
Posterior a este análisis de tendencias, los responsables de estrategia del Port de Barcelona también analizaron las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del enclave portuario. Y, para citar algunas, Jordi Torrent se refirió a la principal fortaleza del Port de Barcelona que, “desde la perspectiva de puerto logístico es precisamente su ecosistema logístico formado por empresas muy diversificadas que prestan sus servicios a sectores industriales muy diversos, como el farmacéutico, el químico, la automoción o el agroalimentario”.
Para Torrent, este ecosistema logístico repartido por toda la geografía es como un tesoro que, desde la administración pública, tenemos que proteger y promover”.
Por lo que respecta a las debilidades, Torrent se refirió a las “fricciones” que últimamente ha habido entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria “en temas como los cruceros” y que, en otros puertos, esta convivencia entre puerto y ciudad es un poco mejor.
A continuación, desgranó los principales objetivos del IV Plan Estratégico del Port de Barcelona, que tiene una visión a corto plazo –hasta 2025– pero que también proyecta una visión a largo plazo, concretamente hasta el año 2040.
El Plan también establece que la misión del puerto es la de “crear infraestructuras, y prestar servicios que hagan más eficientes a los clientes del puerto de Barcelona en los mercados, generar prosperidad a la sociedad a través de ello y diversificar la actividad portuaria”.
Por ello, los objetivos a corto plazo cuantitativos son “incrementar el valor del comercio exterior que pasa por el puerto, pasando de los 65.000 millones de euros actuales a los 70.000”; mantener la acotación del puerto de Barcelona porque “es un espacio privilegiado que genera muchas externalidades y, por ello, pueden crearse puestos de trabajo hasta llegar a las 40.000 personas”; y, finalmente, “avanzar hacia la electrificación de los muelles y terminales, “consiguiendo que un 50% de ellas estén electrificadas en 2025 y que los barcos que lleguen se puedan conectar a la red eléctrica y no emitir emisiones”.
A largo plazo, la misión es “convertir el puerto de Barcelona en lo que llamamos un hub logístico smart”, es decir, “un sitio en el que confluyen diversos modos de transporte, con una amplio y variado ecosistema logístico único en el área euromediterránea, y que tiene que ser sostenible, multimodal, ágil, resiliente y transparente”.
Para terminar, Jordi Torrent también hizo un resumen del plan de acción, que contempla 12 objetivos estratégicos y unos 50 objetivos operativos “que se han trabajado con toda la comunidad portuaria y logística de Barcelona”. En este ámbito, hay propuestas de “trabajar con combustibles no fósiles para la navegación marítima, de finalizar las infraestructuras pendientes, como ampliar los atraques de graneles líquidos, los accesos ferroviarios y la concentración de toda la actividad de contenedores en la zona sur del puerto”.
En materia operativa y de eficiencia, el Port de Barcelona “tiene muchos proyectos de digitalización, y diversas actividades también están en proceso de automatización y robotización”, además de otros proyectos medioambientales, sociales, de intermodalidad y de generar y activar nuevo suelo logístico, finalizó diciendo Jordi Torrent.