Mario Massarotti empezó hablando de la situación actual del sector marítimo poniendo de manifiesto que el interés de un puerto debe ser el de “promover los tráficos existentes y atraer de nuevos”, incrementando con ello su competitividad. En este sentido, los puertos también tienen que hacer otro esfuerzo, que es el de “bajar las tarifas y de esta forma poder compensar en parte los efectos negativos de la crisis que han originado un descenso de los tráficos”.
Respecto al puerto de Barcelona y su comunidad portuaria, el responsable de Grimaldi dijo que “se ha hecho un gran esfuerzo y se han mejorado las condiciones para reducir los costes”, añadiendo que “aunque ahora las puertos españoles son más eficientes, “todavía queda mucho por hacer y hay que continuar trabajando para que sean más baratos, e intentar que esos beneficios repercutan a toda la comunidad portuaria, por ejemplo rebajando las tasas que se aplican a los clientes, como pueden ser las navieras y las empresas concesionarias”. Según Mario Massarotti a los puertos “les falta competitividad y hay que continuar buscando tráficos para llenar las terminales”.
El Grupo Grimaldi, que opera en España desde el año 1980, ha estado y está “en constante desarrollo” indicó Massarotti. Prueba de ello es la inversión que la naviera ha llevado a cabo en el puerto de Barcelona, con la puesta en marcha de la terminal de short sea shipping en julio de 2013 y que ha ayudado a la compañía a mejorar sus tráficos; así los camiones transportados entre Barcelona e Italia crecieron un 25% en 2013, comparativamente con el año anterior. Grimaldi también ha mejorado sus servicios, aumentando hasta cuatro la frecuencia de salidas semanales desde España con el puerto de Savonna, en el norte de Italia. Asimismo, Grimaldi también empezará a cargar contenedores desde Barcelona hacia África occidental.
El Grupo Grimaldi es propietario de otras navieras como Finnlines, a través de la cual ofrece servicios desde los puertos de Santander, Bilbao y Ferrol. A lo largo del año, los barcos de Grimaldi realizan unas 1.500 escalas en puertos españoles, es decir, unos 25 buques por semana.
Los resultados económicos de la naviera, que factura más de 3.000 millones de euros al año, no han ido mal; en 2013, el beneficio obtenido alcanzó los 150 millones de euros, gracias a la apertura de nuevos mercados y al esfuerzo de Grimaldi por ser cada vez más una naviera más competitiva.