El martes 11 de febrero, Miquel de la Mano, director técnico de la Fundació BCN Port Innovation, fue el invitado en el almuerzo-coloquio organizado por el Propeller Club Barcelona.
El director técnico de la Fundació BCN Port Innovation, Miquel de la Mano, explicó que el impulso y puesta en marcha de la fundación se enmarca en el Plan Estratégico 2021-2025 del Port de Barcelona, en el cual se planteaba “crear una entidad privada, pero al servicio de la propia comunidad portuaria, para mantener el rol del puerto como un enclave diversificado, innovador y pionero en iniciativas que pudieran llegar a generar nuevas unidades de negocio”.
Por ello, en 2019 se dieron los primeros pasos para, en 2022, constituir la Fundació BCN Port Innovation que, a lo largo de estos dos años “ha trabajado en diferentes proyectos y ha crecido en número de empresas privadas, pasado de las 10 iniciales a las 34 actuales”.
En cuanto a la disposición de presupuesto, Miguel de la Mano dijo que, en 2023, la fundación contó con un presupuesto de 500.000 euros, de los cuales 310.000 fueron aportados por empresas privadas. El objetivo de este modelo es formalizar el compromiso del Port de Barcelona, como empresa pública, con la innovación, pero apoyando iniciativas estratégicas para el desarrollo de las empresas privadas vinculadas puerto.
Por esta razón, la fundación se enfoca a financiar y ejecutar aquellos proyectos que contribuyen a impulsar el crecimiento del puerto y de las empresas, siendo “la logística y la movilidad dos de los temas clave en estos proyectos”, que van acompañados de la componente medioambiental y de sostenibilidad porque “hablamos de desplazamiento de personas, mercancías, embarcaciones y tráfico rodado”.
Entre las iniciativas apoyadas por la fundación, se han desarrollado proyectos de economía circular, de combustibles alternativos y de restauración de ecosistemas. Y ello ha sido posible gracias a “los partners”, poniendo como ejemplo el caso de las terminales de Hutchison Ports BEST o de Grimaldi “que tenían retos en cuanto al nivel de control de acceso de las mercancías” y junto a las cuales la Fundació ha implementado pruebas piloto para solventarlos.
Por otro lado, otro proyecto más reciente ha sido la optimización en la detección de vehículos nuevos en las tres terminales especializadas del puerto, utilizando para ello la inteligencia artificial y cámaras estratégicamente ubicadas. “Hemos logrado mejorar el control de activos, además de conseguir identificar los vehículos sin matrícula”. Y lo más importante es que “lo hemos conseguido alineando a tres empresas competidoras para mejorar la eficiencia del puerto”, destacó de la Miquel de la Mano.
La Fundació BCN Port Innovation también está desarrollando otros proyectos en materia de ciberseguridad que contribuyan a proteger las infraestructuras portuarias de posibles ciberataques, “una amenaza que está creciendo en los puertos europeos del norte”. Estos ataques buscan “sustraer datos críticos de los sistemas de información, como por ejemplo el pin code y el número de la matrícula de un camión”; con esta información, un vehículo ya puede entrar en la terminal llevarse un contenedor en cuestión”. Para intentar evitar que esto suceda, la Fundació ha creado un centro de ciber-resiliencia portuaria para crear “una capa de protección de los diferentes sistemas de información de los agentes que tienen este tipo de datos para prevenir estos posibles ataques y otros riesgos que puedan surgir”.
Para terminar, Miquel de la Mano explicó que la entidad sirve “para resolver problemas comunes” en diferentes ámbitos. Por esta razón, también impulsa proyectos de economía circular, como una plataforma integral que es un equipamiento en el que todas las empresas de la comunidad portuaria puedan transformar y revalorizar los plásticos que generan, promoviendo una gestión de residuos más sostenible.
La Fundació BCN Port Innovation, que cuenta con un equipo formado por cinco personas, “va a seguir trabajando para que el puerto de Barcelona y las empresas de su comunidad se muevan “en un entorno más eficiente, innovador y sostenible”, concluyó Miquel de la Mano.


