El martes 12 de julio, el Propeller Barcelona celebró el "Día del Socio". En esta ocasión fueron tres socias del Club las protagonistas del coloquio: Núria Burguera, directora de Comunicación del Port de Barcelona; Mónica Jiménez, directora general de Tm2; e Isabel Blanch, directora de Solinter.
Las tres socias del Propeller Barcelona aportaron su visión sobre "la sostenibilidad en el entorno logístico-portuario".
El Port de Barcelona se propone compartir las buenas prácticas sostenibles como catalizadores del cambio y ayudar a los operadores privados a implementarlas
Núria Burguera, explicó las principales aportaciones del puerto de Barcelona como “agentes del cambio” en materia de sostenibilidad y comentó que el enclave tiene previsto “invertir 1.500 millones de euros en un periodo de entre diez y doce años en proyectos ecoeficientes que tienen la sostenibilidad como drivers”. Una de estas iniciativas es el traslado de la actividad de los cruceros al muelle Adossat, una zona más apartada del centro de la ciudad. Sobre este tipo de tráfico añadió que solamente representa el 1,2% del óxido de nitrógeno de la ciudad de Barcelona, pero que debe tenerse en cuenta que, en términos económicos, aporta unos ingresos de unos mil millones de euros anuales”.
La directora de Comunicación del puerto de Barcelona también se refirió a otros proyectos innovadores como Nexigen, “el plan de electrificación de muelles que supone una inversión de 110 millones de euros” y que implicará que los buques puedan conectarse a la red eléctrica cuando estén operando en el puerto y de esta forma no emitir ningún tipo de emisiones.
Por otra parte, el Port de Barcelona, con el fin de reducir todavía más las emisiones, “sigue fomentando la intermodalidad” y ya cuenta con “una cuota ferroviaria del 15%, muy por encima de otros puertos del Estado”. Además, está proyectado un nuevo nodo ferroviario.
Otra iniciativa para alcanzar una mayor sostenibilidad es la promoción de las “comunidades energéticas”, indicó Núria Burguera, como la futura comunidad del muelle de Pescadors. Dentro de la política energética de la infraestructura catalana, también está previsto la instalación de placas fotovoltaicas en sus instalaciones que proporcionarán el “50% del consumo energético de todo el puerto”, añadió.
Para finalizar, Núria Burguera transmitió el mensaje que el Port de Barcelona se propone “compartir las buenas prácticas sostenibles como catalizadores del cambio y ayudar a los operadores privados a implementarlas”.
Resulta de mucha ayuda guiarse con el cumplimiento de los ODS y de la Agenda 2030, así como adherirse al Plan Sectorial de Sostenibilidad del Port de Barcelona
Mónica Jiménez, directora general de la empresa de embalaje de mercancías TM2, explicó las iniciativas en clave de sostenibilidad que ha emprendido esta empresa, destacando como primer elemento que la madera que utiliza TM2 para sus embalajes “está gestionada de una forma totalmente sostenible”. Con ello, quiso “desmitificar un mito como que la tala de árboles perjudica a los bosques; la tala y cómo se gestionan las zonas forestales son algunos de los principales elementos para luchar contra el cambio climático”. Además, añadió que “la buena gestión de los montes crea puestos de trabajo en las zonas rurales y evita la despoblación”.
Seguidamente, la directora general de TM2 explicó la experiencia de esta empresa con las energías renovables. TM2 ha instalado una planta fotovoltaica en el tejado de 1.000 m2 de su nueva nave situada en el interior del puerto de Barcelona. En total, “hemos colocado 214 paneles que nos proporcionan el 55% de nuestro autoconsumo”. Esto supone “un ahorro de energía de 49 toneladas de CO2, lo que significa un volumen de 19 hectáreas llenas de árboles, o lo que es lo mismo, 26 campos de fútbol”.
Para Mónica Jiménez, el cumplimento de los requisitos de la sostenibilidad “deben trabajarse y resulta de mucha ayuda guiarse con el cumplimiento de los ODS y de la Agenda 2030, así como adherirse al Plan Sectorial de Sostenibilidad del Port de Barcelona”.
La unión de todos es la clave para lograr los objetivos de reducción de emisiones en 2030 y alcanzar el gran reto que nos hemos marcado para el año 2050
Isabel Blanch, directora de la empresa de transporte de contenedores Solinter, se encargó de recordar las problemáticas del transporte terrestre que, en principio, “como sector no sabemos si inclinarnos por los camiones eléctricos o los de hidrógeno”, dado que todavía no está claro qué tecnología va a ser la mejor o la más económica para esta actividad.
En relación a la operativa de los camiones en el puerto de Barcelona, Isabel Blanch explicó que “nos encontramos con terminales ferroviarias obsoletas que generan grandes colas; estas colas generan, evidentemente, emisiones de CO2”.
Para terminar con estos largos tiempos de espera que hacen incrementar las emisiones, la directora de Solinter propuso “constituir un equipo de trabajo que desarrolle soluciones para eliminar las colas de hasta siete horas en las entradas de terminales intermodales como, por ejemplo, la del Morrot”.
Añadió que en las terminales portuarias también “sufrimos esperas” y se da la paradoja de que se activan avisos informativos que aconsejan a los transportistas “parar los motores de los camiones mientras se mantienen las colas”, algo que “no sería necesario hacer si las colas no existieran”.
Concluyó aludiendo a la necesaria e imprescindible colaboración entre las distintas partes implicadas en el transporte terrestre, alegando que “la unión de todos es la clave para lograr los objetivos de reducción de emisiones en 2030 y alcanzar el gran reto que nos hemos marcado para el año 2050”.





