Bajo el título “¿Cómo se gestiona un Banco de alimentos? Recursos y medios”, Oriol Dolader explicó en primer lugar lo que es el Banc dels Aliments, “una fundación privada sin ánimo de lucro, aconfesional y apolítica, fundada en 1987” gracias al por aquel entonces director general de Agricultura de la Generalitat de Catalunya, Jordi Peix que asistió a una feria alimentaria en París en la que pudo ver que cuando se cerraba la feria “todos los alimentos que sobraban, en vez de tirarlo, los recogía el banco de alimentos de la capital francesa para distribuirlos entre la gente más necesitada de la ciudad”. El responsable de Agricultura tomó la idea y, cuando regresó a Barcelona, “creó con una serie de amigos y totalmente desvinculado de la Generalitat, el Banc dels Aliments”.
Según Oriol Dolader, los principales objetivos del Banc dels Aliments son “evitar el malbaratamiento de alimentos”, por un lado, y “la gratuidad” ya que “ni pagamos nada por ningún alimento, ni cobramos nada cuando lo damos”. Asimismo, indicó que existen, además del de Barcelona, el Banc dels Aliments de Girona, de Tarragona y de Lleida, que se unen a los 75 que hay en toda España.
Los principales proveedores de productos del Banc dels Aliments son las propias marcas fabricantes, que entregan a la entidad aquellos productos, como por ejemplo los yogures, que están a punto de caducar. “Recogemos los alimentos con un mínimo de tres días antes de su caducidad”, por lo que los productos “todavía se pueden consumir, pero no comercializar” y añadió que “nunca entregamos un producto o alimento caducado”.
Con el handicap de que “reciclar es mucho más caro que destruir”, la principal tarea del Banc dels Aliments es la de “sensibilizar a los proveedores” –marcas como Danone, Gallo, Europastry, Gallina Blanca, Campofrío, Casa Tarradellas, Ferrero Rocher, La Sirena, Nutrexpa...– que “en vez de llevar a destruir los productos que ya no se pueden comercializar, acción que tiene un coste porque hay que pagar el transporte y la destrucción, nos los entreguen a nosotros”. Además, entregar los productos al Banc dels Aliments puede salir más a cuenta porque las empresas “pueden desgravarse una parte en el impuesto de sociedades y, sin duda, mejoran su imagen al cumplir con la Responsabilidad Social Corporativa”.
Todo lo que llega al Banc dels Aliments es distribuido entre las personas necesitadas; así, en 2017, la entidad distribuyó “17 millones de kilos entre las 225 entidades sociales de Barcelona”, con lo que llegaron alimentos y otros productos “a unas 125.000 personas”, que afortunadamente es una cifra inferior “a las 152.000 personas que atendimos en 2016”.
Oriol Dolader destacó que de los 17 millones de kilos, “unos 8 millones son malbaratamiento”, como por ejemplo fruta y verdura procedentes de Mercabarna que no se ha podido comercializar por uno u otro motivo. En este caso, el Banc dels Aliments funciona como un operador logístico, pero con el handicap que “no podemos almacenar mucho porque los alimentos caducan y porque sólo tenemos espacio para unos 1.300 palets”. Así que cada palet que entra “lo ponemos inmediatamente en el sistema y contactamos con las entidades sociales para lo vengan a recoger lo antes posible”. El Banc dels Aliments, en unos 2.000 metros cuadrados de almacén gestiona “más de 12.000 palets anualmente”, indicó Dolader, que añadió que “también tenemos una nave logística en la ZAL, cedida por el Port de Barcelona y Cilsa –empresa que gestiona la zona de actividades logísticas–, de 1.200 metros cuadrados, que se suman a los 500 metros de nave que tenemos cedidos en Mercabarna”. Todas estas infraestructuras “son las que nos permiten gestionar los 17 millones de kilos”.
El Banc dels Aliments también tiene en marcha, en colaboración con la Generalitat de Catalunya, una iniciativa para la recogida de fruta (melocotones, nectarinas y naranjas) directamente a los agricultores. Por ejemplo, se recogen frutas que son de calidad pero que quizás no tienen el aspecto adecuado para ser vendidas al público; la Generalitat paga al agricultor el coste de haberlas cultivado y recogido. El Banc dels Aliments se hace cargo de ellas, las traslada a una prensadora en Lleida, extraen zumo cien por cien natural, sin aditivos ni conservantes y lo envasan en bricks. Este es un producto producido por el Banc dels Aliments y muy valorado por las entidades. Para poner un ejemplo, Oriol Dolader indicó que en 2017 “hicimos 600.000 litros de zumo de melocotón”.
Otra de las actividades que lleva a cabo el Banc dels Aliments de Barcelona es de carácter pedagógico ya que “vamos a más de 200 escuelas en Barcelona a explicar a los niños lo que hacemos en el banco y hacemos especial énfasis en la necesidad de que no deben malbaratar alimentos. También les hacemos ver que estamos ayudando a gente de su misma ciudad o pueblo, para que tengan muy presente que hay personas necesitadas aquí que no pueden comer tres o cuatro veces al día como lo hacen ellos”.
El responsable de Logística del Banc dels Aliments también explicó que en las escuelas organizan campañas de recogida de alimentos y otros productos y, una vez finalizada la campaña, la escuela organiza una visita a las instalaciones del Banc del Aliments; “ese día, son los niños los que clasifican todos los productos que han recogido en su escuela y también colaboran en la distribución de las cajas a las entidades sociales”, explicó Oriol Dolader.
Y como curiosidad, está el acuerdo que el Banc dels Aliments tiene con la feria Alimentaria de Barcelona; los expositores están informados que, si no quieren devolver los alimentos sobrantes a su país o zona de origen, pueden dejarlos en el recinto. Así, este año, cuando terminó el certamen, un equipo de voluntarios del Banc dels Aliments formado por más de 100 personas “recogió en los nueve pabellones de Alimentaria y en tan sólo dos horas un total de 25.000 kilos de alimentos que de no haberlos retirado, se hubieran malbaratado”.
Respecto al funcionamiento interno del Banc dels Aliment, el responsable de Logística señaló que “sólo somos 12 empleados porque la mayor parte del trabajo, sea en el almacén o en el departamento financiero, contable, administrativo o de comunicación, lo hacen los 224 voluntarios, evidentemente no remunerados, y que son en su gran mayoría personas jubiladas que quieren aportar algo a la sociedad”.
Oriol Dolader explicó a continuación que la campaña insignia del Banc dels Aliments es “el Gran Recapte”, una campaña de recogida de alimentos “que empezó en 2009 y que ha ido in crescendo desde los 140.000 kilos recogidos en 160 supermercados el primer año, a los 5,5 millones de kilos, entre los 12.000 palets y las 215.000 cajas, en 2.500 supermercados de todas las cadenas y en toda Catalunya en 2017; en esta campaña que dura dos días participaron 27.000 voluntarios”.
Según Dolader “la logística del ‘gran recapte’ es muy compleja porque hay que negociar con las cadenas y hay que repartir los palets y las cajas que te han llegado desde Alemania o Vitoria”. El viernes por la mañana, a primera hora, cada supermercado debe tener su caja para que los clientes puedan hacer su aportación de productos o alimentos; y cuando termina la campaña, el sábado por la noche, hay que empezar a recoger todas las cajas y palets, utilizando para ello “más de 300 camiones y vehículos”. Además, “necesitamos más espacio de almacén del que disponemos, hasta los 8.000 metros cuadrados”, motivo por el cual “pedimos la colaboración de otros operadores en la ZAL y el Parc Logístic para que nos dejen momentáneamente espacio en sus naves”. A partir de aquí, “iniciamos todo el proceso de clasificación de los 5,5 millones de kilos de alimentos y productos que se han recogido; y lo hacemos por producto en tres cintas de 20 metros de largo y con cuatro turnos de 250 personas cada uno que trabajan cuatro horas”. El resultado es “3.500 palets de alimentos en una nave apilados a cinco pisos de altura”.
Por otro lado, Oriol Dolader explicó que también en Navidad, el Banc dels Aliments, el Port de Barcelona y la Fundación Cares llevan a cabo la campaña “Contenidor solidari” para recoger alimentos y, también, juguetes. En esta campaña participan trabajadores y empresas de la comunidad portuaria de Barcelona.
Y para finalizar, puso otros ejemplos de colaboración con empresas que no producen alimentos, pero que contribuyen económicamente con la entidad. Este dinero, el Banc dels Aliments lo invierte, por ejemplo, en el alquiler de arcones frigoríficos para que los productos congelados se puedan conservar y ser distribuidos oportunamente.