El martes 10 de marzo de 2015, Rafael Aznar, Presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, fue el invitado al almuerzo-coloquio del Propeller Club de Barcelona. Al encuentro también asistió el Presidente del Port de Barcelona, Sixte Cambra, socio honorario del Propeller Club de Barcelona.
Rafael Aznar, habló de las grandes rutas marítimas que enlazan el continente asiático con Europa, que pasan por el Canal de Suez, destacando que, a pesar de ser ésta la principal ruta, puede llegar el momento que las navieras decidan hacer pasar sus barcos por la ruta alternativa del sur de África, circunstancia que sería atribuible a diversos factores, como por ejemplo la bajada del precio del combustible, las altas tasas del Canal de Suez o los conflictos existentes en el Golfo de Adén. Además, esta ruta permitiría enlazar Asia con otros mercado emergentes como los de África Occidental o Latinoamérica. De ocurrir esto mayoritariamente, «los puertos del Mediterráneo se resentirían mucho». Para evitar esto, Aznar señaló que la Unión Europea «tendría que hacer un ejercicio de reflexión ante el gobierno egipcio por lo que a las tasas de Suez se refiere».
El Presidente del Puerto de Valencia también reflexionó sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que, una vez salvados los escollos, «nos proporcionará unas nuevas oportunidades comerciales, dado que los puertos mediterráneos tenemos líneas marítimas con este mercado».
En este escenario, «existe una buena masa crítica y los puertos de Valencia y Barcelona, que juegan un papel importante en la economía de España y que son esenciales para el tráfico import/export tienen mejor posición que el resto de puertos».
Por lo que respecta a los retos y estrategias, Rafael Aznar se refirió a dos elementos clave: volumen y eficiencia.
«Las navieras, agrupadas en alianzas, seleccionan menos puertos en sus rutas y, los que continuemos siendo elegidos, tendremos que hacer esfuerzos de concentración de volumen y de eficiencia».
En el ámbito de la eficiencia «tenemos el reto de la productividad y de los costes, vinculados a la estiba, que «debemos saber afrontar con inteligencia, manteniendo la estabilidad social y abriendo para ello vías de diálogo y consenso y no de confrontación», dijo Aznar. Y añadió que «sería una torpeza desperdiciar la oportunidad que tenemos de racionalizar y de dar un salto de competitividad esencial; nos lo demanda el mercado y no hacerlo sería una torpeza». Y en esto estamos todos: los empresarios, los puertos y los trabajadores».
Por lo que respecta a la concentración de volúmenes que demandan las navieras para escalar en un puerto, Rafael Aznar resaltó que los enclaves tienen que abrirse a la parte terrestre, requiriendo para ello de «infraestructuras de conectividad y de formulaciones de comunidad portuaria para atender, con eficiencia, esta demanda».
Rafael Aznar se refirió al Corredor Mediterráneo, que debería ser de doble sentido, es decir, para distribuir mercancías del sur hacia el norte de Europa y a la inversa. Para contrarrestar el desequilibrio existente entre los puertos europeos del norte y del sur, «debemos intentar generar complementariedad» y los puertos –Barcelona y Valencia– «unirnos en una estrategia para lograr reducir esta distancia (75/25) en los volúmenes de tráfico».
Invitados al almuerzo coloquio
En este encuentro del Propeller de Barcelona también asistió el Presidente del Propeller Club de Valencia, Francisco Prado e, invitados por diversos socios del Club: Joan Colldecarrera, del Port de Barcelona; Javier Cubas, de China Shipping Spain Agency; Matteo De Candia, de Grandi Navi Veloci; José Antonio Jimeno, de Ecu-Line Spain; Esteban Lippo, de Azure Marine Advisers; Blanca Guitart, de FETEIA-OLTRA; y José Ramón Castelló.