Las primeras palabras de Miquel Torres fueron de gratitud para el Club y sus socios que, a través de sus votos, “han concedido el VII Premio Propeller a Familia Torres”. También quiso destacar el hecho de que los miembros del Propeller “están especializados en logística, una actividad que tiene un importantísimo papel a jugar para que conseguir tener un mundo más verde y con menos emisiones de efecto invernadero”.
El presidente del Propeller, Gonzalo Sanchís agradeció a Miquel Torres sus palabras hacia el Club y le animó a que su empresa “siga apostando por la sostenibilidad, las energía renovables y limpias porque tenemos que dejar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos”. Añadió que “con todo lo que estamos viviendo, “tenemos que trabajar más” y todo lo que hace Familia Torres en beneficio de una mejor calidad medioambiental “debe ser un ejemplo para otras empresas”.
Previo a la entrega del premio, la delegación del Club tuvo la oportunidad de visitar las instalaciones de Familia Torres y, posteriormente, disfrutar de un almuerzo en compañía de su presidente.
Durante el encuentro, Miquel Torres fue explicando las diversas iniciativas que la empresa que preside ha puesto en marcha en aspectos como las energías renovables o la reducción de las emisiones.
Miquel Torres indicó que la firma está comprometida con la sostenibilidad ambiental y ya en 2008 fijó como uno de sus principales ejes de actuación “la lucha contra el cambio climático, mediante la implementación del programa ambiental Torres & Earth, al que dedicamos el 11% de nuestros beneficios”.
El presidente de Familia Torres también puso de manifiesto que este programa “nos ha llevado a poder reducir un 30% nuestras emisiones de CO2 a lo largo de este año en nuestras instalaciones del Penedès”. Añadió que “nuestro objetivo es reducir nuestra huella de carbono un 55% en 2030 y para el año 2050 conseguir las cero emisiones”.
Para alcanzar estos hitos, la compañía trabaja con proveedores con una menor huella de carbono, utiliza energías renovables a través de calderas de biomasa y placas fotovoltaicas.
Asimismo, ha implantado medidas de eficiencia energética y de movilidad sostenible, utilizando para ello vehículos híbridos y eléctricos en las fincas, además de realizar pruebas para usar tractores eléctricos en el campo.
Por otro lado, la compañía también ha reducido el peso de las botellas para minimizar el consumo de vidrio y utiliza técnicas innovadoras para capturar y reutilizar el dióxido de carbono que se libera durante la fermentación del vino.
Otra iniciativa es la puesta en marcha del proyecto ‘Vitis Agrolab’ para impulsar la innovación en el ámbito de la viticultura. A través de esta iniciativa se testan y validan nuevas tecnologías y productos innovadores que ayuden a los viticultores a ser más sostenibles y eficientes.
En el marco de su proceso de internacionalización, Familia Torres también aplica medidas medioambientales en otros países, como por ejemplo en Chile, en donde están reforestando una finca, lo cual permitirá la captura de 10.000 toneladas de CO2 al año,
Además de practicar una viticultura ecológica en gran parte de sus viñedos, Familia Torres se está focalizando en la elaboración de vinos de variedades ancestrales recuperadas como solución al nuevo escenario climático, dado que, de las más de 50 variedades recuperadas, al menos unas seis tienen potencial para adaptarse a las altas temperaturas y a la sequía.
Familia Torres ha recibido reconocimientos como el de la marca de vinos más admirada del mundo (World 's Most Admired Wine Brand), que le ha otorgado la revista británica Drinks International en cuatro ocasiones.
Destaca también que Familia Torres forma parte de las Primum Familiae Vini, una asociación que integra 12 de las familias centenarias elaboradoras de vino más prestigiosas del mundo, y que, recientemente, esta empresa familiar ha fundado el grupo International Wineries for Climate Action para impulsar la descarbonización del sector.
Una historia familiar de 150 años
Los inicios vitivinícolas de la Familia Torres en el Penedès se remontan al siglo XVII, iniciando su actividad comercial, a pequeña escala, a partir de 1800 distribuyendo sus vinos en barriles de madera mediante un carro tirado por caballos.
Fue Jaume Torres quien, en 1870, después de vivir unos años en Cuba y hacer fortuna allí, regresó a Catalunya para fundar “Casa Torres y Compañía”, junto a su hermano Miquel y su padre, con la idea de exportar sus vinos a Cuba, Argentina y Puerto Rico.
En 1928, la compañía inició la elaboración de brandis y mantuvo la exportación de vinos a ultramar y consolidó las ventas en el mercado español.
En 1932, tomó las riendas de la empresa Miquel Torres Carbó, artífice de la gran expansión de los vinos y brandis Torres en todo el mundo.
En 1940 se ampliaron los viñedos en el Penedès, se inició la elaboración de vinos embotellados y se lanzaron al mercado marcas tan conocidas como Viña Sol, Gran Viña Sol, Sangre de Toro, Coronas y Viña Esmeralda.
En 1991, Miguel Agustín Torres, sucedió a su padre, ocupando actualmente la presidencia de la compañía, y estando apoyado por su hijo, Miguel Torres Maczassek, como director general, y quinta generación de la familia.
Actualmente, Familia Torres, que celebra este 2020 su 150 aniversario, es una empresa inminentemente exportadora, vendiendo sus vinos en más de 150 países que aportan el 68% de su cifra de negocio. En 2019, las ventas estuvieron muy cercanas a los 300 millones de euros.
La firma posee 2.500 hectáreas de viñedos, 2.000 de ellas en España, 400 en Chile y el resto en California, y sus bodegas incluyen dos en el Penedès, una en el Priorat, tres en la Ribera del Duero, la Rioja y Rueda y una en Lleida.
