8ª edición del Salón Internacional de la Logística y la Manutención, SIL 2016
En el marco del SIL 2016, el Propeller Club de Barcelona organizó el martes 7 de junio una mesa redonda bajo el título “Retos de la mujer en el sector de la logística”.
En el marco del SIL 2016, el Propeller Club de Barcelona organizó el martes 7 de junio una mesa redonda bajo el título “Retos de la mujer en el sector de la logística”, en la que participaron Laura Ferrario, Agency Director de Next Maritime y ex Presidente de WISTA Spain (Women’s International Shipping & Trading Association); Anna Esteve, Socia Fundadora de Wtransnet; Cristina Martínez Ramos, Business Development Manager DHL Supply Chain Iberia; y Montse Paradell, Presidente de Transjunior. El debate estuvo moderado por Albert Oñate, Presidente del Propeller Club de Barcelona.
A lo largo de la mesa redonda, las ponentes fueron desgranado diversos temas y aportando su opinión y visión.
Más mujeres trabajadoras, pero pocas en cargos directivos
El primer tema analizado fue el relacionado con el aumento del número de mujeres trabajadoras en el sector de la logística durante las últimas décadas, pero con la particularidad que la presencia de éstas en puestos directivos continua siendo baja.
Anna Esteve señaló que las mujeres que desarrollan su actividad profesional en el sector logístico “han tenido que superar muchos retos”, y coincidió en que en las reuniones de los equipos directivos de las empresas “es verdad que predomina la presencia masculina”, a pesar de que para trabajar en el sector de los servicios logísticos no debería importar el sexo”.
Montse Paradell puso de manifiesto que a lo largo de los últimos años “se ha adelantado mucho, pero no es suficiente porque para llegar a según que puestos de responsabilidad, las mujeres tienen que saltar muchos más obstáculos y tienen que demostrar más y trabajar más hora”. Y ello para, en la mayoría de los casos “quedarnos en segunda y tercera línea porque siempre hay un hombre por encima”. Y añadió que “venimos de una educación sexista y machista que, afortunadamente estamos superando, pero aún queda mucho por hacer”.
Para Cristina Martínez es importante analizar primero cuál es la situación de la mujer en el ámbito laboral; “queremos trabajar y sin embargo estamos en un punto en el cual el porcentaje de mujeres que acceden al mercado laboral es mucho menor que el de hombres”. Partiendo de esta premisa “a la hora de subir escalones en las empresas, aparecen obstáculos como por ejemplo el de conciliar la actividad profesional con la familiar”. Por tanto, puede apreciarse que en las cadenas de mando “el porcentaje de mujeres es cada vez menor”. En España, hay un 12% de mujeres directivas, cifra que supone “estar unos ocho puntos por detrás de la media europea, pero no debemos olvidar que en Europa, la mujer continua estando también en una situación de desventaja”.
Laura Ferrario coincidió en la evolución positiva de la presencia de mujeres en el sector logístico, pero quiso destacar que “no se trata de cantidad, sino de calidad. No queremos que aumente el número porque haya más recepcionistas o más secretarias, sino que tengamos la posibilidad de desarrollar una carrera profesional en las empresas sin encontrarnos barreras por razones de sexo”.
España, por detrás de Europa
El segundo tema sobre el que las ponentes aportaron su opinión fue el referido a la situación en la que se encuentra España respecto a otros países europeos de nuestro entorno.
Anna Esteve (en la foto) puso de manifiesto que “no veo una diferencia especial entre España y otros países europeos, al contrario; hay países, como Italia, en los que la presencia masculina predomina en los puestos directivos”. Y cuando he estado en Alemania o Francia, he podido comprobar que se da una situación similar a la que hay en nuestro país”.
Para Montse Paradell, en España “hacen falta más ayudas para las mujeres”, en el sentido de que, por ejemplo, “en las grandes empresas existan guarderías”. Pero también son importantes otros elementos, “como los sueldos, que deben ser los adecuados para que las mujeres puedan ser madres”.
La experiencia europea de Cristina Martínez la llevó a decir que “en España, por ser un país ya de por sí tradicional, estamos más cerca de países como Grecia o Italia que de países mucho más avanzados como Suecia o Noruega” Y añadió que “tenemos diferencias importantes en aspectos como la presencia de mujeres en puestos directivos, la brecha salarial o las políticas gubernamentales de ayudas a las mujeres” para que puedan conciliar familia y trabajo; aunque no somos de los peores, nos queda mucho por avanzar”, sentenció.
Y Laura Ferrario puso de manifiesto que “para poder reducir la brecha existente entre hombre y mujeres en temas como los de ocupar cargos de responsabilidad en las empresas, o la conciliación familiar, la regulación gubernamental es imprescindible”. Y en este punto quiso resaltar “el modelo de éxito que tenemos las mujeres, que queremos que sea completo”, es decir, laboral, profesional, familiar e incluso personal; y, “según el modelo de empresa, las mujeres nos vemos obligadas a sacrificar uno u otro”. De todas formas quiso resaltar que “a lo mejor las mujeres también tenemos que aprender a delegar, en el sentido que muchas nos ponemos como principal objetivo hacerlo todo: trabajar y ocuparnos de la casa y la familia. Deberíamos redefinir los roles y tener unos modelos en el que hombres y mujeres compartan trabajos y responsabilidades”.
¿Por qué remuneraciones inferiores?
A continuación se trató el tema de la remuneración salarial de las mujeres en el sector para determina si es inferior a la de los hombres para el mismo puesto de trabajo.
Para Anna Esteve, actualmente hay mujeres trabajando con remuneraciones inferiores a la de los hombres porque “son persona que, para atender a los hijos, se han pedido reducción de jornada”. En este país “parece que siempre tiene que ser la mujer la que opte por la reducción de jornada, esencialmente porque, seguramente, también tiene una remuneración salarial inferior a la de su pareja”. Añadió que “debe ser la propia mujer la que tenga claro que el ser madre no tiene porqué afectar a su carrera profesional” aunque reconoció que “en este país, el peso de la organización y la logística familiar recae en la mujer”
Montse Paradell (en la foto) coincidió en que la mujer “seguramente puede compaginar trabajo y familia, pero ocurre que entramos de lleno en el rol de ser madres y de ocuparnos de todo y no dejamos que la pareja haga más porque parece que nosotras lo vamos a hacer mejor; esto va en contra de nosotros mismas”. Y aquí introdujo un aspecto muy relevante: la educación de los hijos que “tenemos que hacerla desde la igualdad en todo; sólo así es como las cosas irán cambiando”.
Cristina Martínez resaltó que la brecha salarial entre hombres y mujeres “continua siendo importante” pero aportó ideas para paliar esta situación. Por ejemplo “que la sociedad y las empresas se sensibilicen” poniendo en práctica acciones para igualar los salarios, como podría ser “la generación de roles en las empresas con unos rangos salariales determinados” en los que, sin importar ser hombre o mujer, cada trabajador pueda ubicarse en función de sus conocimientos, capacidades y experiencia. Por otro lado, es importante “establecer salarios flexibles que vayan asociados a una serie de objetivos; si cumplo con éstos, accedo a una remuneración tanto si soy hombre como mujer”.
Laura Ferrario comentó dos aspectos importantes; por un lado “diferenciar la productividad del número de horas trabajadas, ya que en España existe la tendencia a pensar que, seas hombre o mujer, cuantas más horas trabajas mayor es la producción, lo cual es erróneo en muchos casos. Y por otro lado, que “la definición de éxito para una mujer y para un hombre es diferente y ello hace que, a la hora de sentarse a negociar condiciones laborales, un hombre puede poner como prioridad la retribución salarial, mientras que la mujer quizás prefiera una jornada flexible que le permita entrar antes a trabajar para poder salir también antes y así poder atender a la familia”.
Presencia de mujeres en los subsectores de la logística
El cuarto aspecto tratado estuvo relacionado con qué subsectores emplean a más mujeres y en cuales hay una menor presencia femenina, dentro del sector logístico.
Anna Esteve dijo que hay algunos subsectores de la logística que a las mujeres “no nos llaman la atención porque pueden requerir fuerza física, pero todas aquellas actividades que dependan de la proactividad de la persona, de sus estudios, de una capacidad organizativa o de una profesionalidad, son abarcables para las mujeres, sin duda”. Y añadió que “en el sector de la logística en España, en la mayoría de los casos, las mujeres han llegado a él o están en él por tradición familiar y no porque hayan decidido ir a buscar trabajo en este sector”.
Y Montse Paradell recalcó que en el sector logístico, sea vinculado al transporte aéreo, marítimo o terrestre, la mayoría de los trabajadores son hombres; sólo encuentras mujeres en las oficinas”. Pero “en las oficinas mandamos las mujeres porque hemos demostrado que somos trabajadoras, resolutivas, luchadoras y, además, muchas hemos sido madres en medio de nuestra carrera profesional y sin ningún tipo de problema”.
Cristina Martínez (en la foto) explicó que en España la presencia de la mujer en el sector logístico es de un 16% o 17% del total. Si en transporte todavía no se ven apenas mujeres, si que “en los almacenes esta presencia está creciendo, porque en estos entornos se llevan a cabo tareas como el picking en las que “las mujeres podemos ser más perfeccionistas y cometer menos errores”. Asimismo, “la mujer tiene más tendencia a estar presentes en áreas de actividad como el marketing, comunicación, legal, recursos humanos, que en puestos de operaciones, comercial o informática, por ejemplo”. Aunque añadió que “la propia barrera nos la ponemos nosotras porque acabamos eligiendo carreras o actividades profesionales entre las que la logística no aparece”. Y finalizó dejando claro que “en cualquier sector, se gana mucho más teniendo equipos en los que hay un mix de hombres y mujeres porque se va a producir mejor”.
Y para Laura Ferrario es importante que haya mujeres que rompan con los tabúes y con la tendencia a que ciertos subsectores sean exclusivos de los hombres, como conducir un camión o ser estibador; “su ejemplo servirá para normalizar la situación y que muchos trabajos o profesiones puedan ser atractivos o de interés para las mujeres”.
Las mujeres, las que reducen su jornada con la maternidad
Y también se analizó el hecho de que son las mujeres las que principalmente más utilizan la reducción de la jornada laboral permitida por la Ley.
Para Anna Esteve, “a nivel empresarial deberíamos dejar de ser tan hipócritas” porque muchas empresas “seleccionan a mujeres porque les van bien, pero después ven mal que les pidan reducción de jornada. Hay que ser congruentes y consecuentes y no penalizarlas”. Y abogó por la “organización interna en las empresas”, en el sentido de que “si hay varias personas con reducción de jornada, hay que buscar fórmulas para equilibrar esa disminución”.
También Montse Paradell puso de manifiesto “que la empresa tiene que saber organizarse cuando tiene bajas maternales, al igual que lo hace cuando un hombre, por el motivo que sea, coge la baja laboral”.
Cristina Martínez resaltó tres aspectos a cambiar. Por un lado, a nivel gubernamental, hay que destinar más recursos a las familias (en educación infantil gratuita, por ejemplo), porque, a nivel europeo, España está a la cola en ello”. Por otro lado, las mujeres deben cambiar la forma de pensar y “tenemos que dejar que los hombres se hagan cargo de ciertas cosas”, como lo puede ser coger la reducción de jornada. Y, finalmente, “sensibilizar a la sociedad y a nosotras mismas de que no es una cuestión de competir con los hombres y de ser las mejores en el ámbito familiar y laboral, sino que hay que abogar por la colaboración y por el trabajo conjunto de ambos” en una familia.
Laura Ferrario (en la foto) acertadamente añadió que “la evolución de la sociedad en un mundo ideal tendría que ser que un padre y una madre se pelen porque ambos quieren compartir la educación de los hijos y los primeros años de sus vidas, que son los más importantes. Y esto, como sociedad, también tenemos que hacer una reflexión”. Y se preguntó: “qué les están haciendo a los hombres que les quitan algo tan bonito como lo es criar a tus propios hijos, y que no lo vean como algo que lo tienen que pelear”.
Aplicar o no políticas de discriminación positiva
El penúltimo tema se centró en si es conveniente o no aplicar políticas de discriminación positiva.
Anna Esteve se mostró en desacuerdo con las políticas de discriminación positiva; “es otra vez ir en contra de nosotras mismas. Tu tienes que estar ahí porque lo vales, no porque una ley diga que tiene que haber equis número de mujeres. La igualdad radica en tratar a todo el mundo igual, seas hombre o mujer”.
Montse Paradell reclamó “igualdad de condiciones en todo: en oportunidades y en deberes y responsabilidades”.
Cristina Martínez se mostró en contra también de la discriminación positiva, alegando que, en todo caso, “la única discriminación aceptable sería por capacidades”, añadiendo que en muchos ámbitos, “la mujer está mejor formada que los hombres”. Por tanto, “la discriminación no tiene que venir por ser de un sexo u otro, sino por tu nivel formativo y por tu capacidad de trabajo”.
Y Laura Ferrario dijo que “hay que tomar medidas, pero no poner cuotas ni porcentajes” a la hora de reservar puestos de trabajo para las mujeres. Y abogó por, por ejemplo, “favorecer de alguna forma indirecta a aquellas empresas que si cumplan ciertos porcentajes de mujeres en sus plantillas”.
Políticas para el empoderamiento de las mujeres
La mesa redonda se cerró con la pregunta sobre qué políticas preventivas y no sólo paliativas podrían o deberían implementarse para contribuir al empoderamiento de las mujeres.
Anna Esteve defendió que “hay que empezar por la educación”, y las mujeres “podemos hacer mucho desde el ejemplo, enseñando a nuestros hijos cómo trabajamos y luchamos en el día a día. Es un tema cultural, de educación y de transmisión de valores que empieza en casa”.
Montse Paradell recalcó que “hay que ser valientes y tenemos que creer mucho en nosotras mismas y no quedarnos atrás, tanto si tenemos muchos o pocos estudios; todas estamos preparadas para lo que nos venga porque las mujeres tenemos sentido común y podemos ser muy validas para muchas cosas”.
Y Cristina Martínez reiteró que “las mujeres no tenemos que ponernos barreras y debemos saber compartir las responsabilidades y labores tanto en casa como fuera”. Asimismo, “las empresas tienen que concienciarse y establecer políticas más neutrales que equiparen a hombre y mujeres por sus capacidades” y, finalmente, “deben establecerse legislaciones gubernamentales que destinen recursos a las familias para que no dé miedo tener familia”.
Este último tema se cerró con las palabras de Laura Ferrario que dijo “echar en falta la existencia de líderes femeninos” ya que, a veces, “una no se pone retos porque le hace falta un modelo femenino”. Y también añadió que “aquellas empresas que no ven a la mujer como una oportunidad, están dejando de lado la visión de la mitad de la población”.